viernes, 30 de enero de 2009
sTatS
Pero es una situación de lo más normal en estos días ¿Nunca os ha pasado que abrís el navegador para ver qué tiempo va a hacer mañana en Calatayud y acabais viendo un vídeo del Papa jugando al mus? A mí tampoco, pero seguro que a alguien sí.
Las fuentes principales de visitas no planeadas son precisamente las herramientas que están ahí para que encontremos lo que buscamos, esto es, los buscadores. Y he aquí una pequeña lista con las búsquedas que han llevado a pobres e inocentes navegantes hasta mis dominios:
1. Mi nombre y primer apellido: estos supongo que me conocen.
2. Machine à caca: Un antiguo post a un link que me pasaron hace tiempo. Se ve que a la gente le va el rollo escatológico. Cochinos.
3. Emepetrés campo de jilguero: ¿Nuevas tendencias musicales? ¿Buscando el balance entre las moderneces y lo más rústico?
4. Cobaya humana salario: Dioshh la crisish otra vez nooooo
5. Papas bravas exámenes: Joder, esto sí que es montárselo bien, tu examen y tu ración de bravas; sí señor.
6. Absenta Barcelona: Se nota que hay gente que sabe lo que quiere. Al grano.
7. Cómo reconocer cigarros adulterados: esas madres modernas, qué grandes que son.
8. en sinuhé el egipcio hay ortopedia? Comol?
9. Papas bravas estudiar: joder, y yo alabando el Katovit durante mis años de estudiante, y echándolo de menos cuando lo retiraron. ¡La respuesta estaba donde siempre está, en el bar!
10. Sauron ribera del duero: ¿Un nuevo vino, quizás? Igual debería escribir algo sobre productos exóticos que podrían haber sido inventados por J.R.R. Tolkien, como sobrasada élfica, truño de orco, ensaladas Sáruman o lubricantes Sam.
En fin, sean ustedes bienvenidos queriendo o sin querer. Y dejo algo de unos japoneses muy majetes que vi L'Usine hace un par de meses.
ViSitA aL mÉdiCO (o cAsi)
Parece que no soy tan machote como pensaba y al final he ido a que me mirasen el tobillo.
La enfermera o cualquiera que sea la titulación académica del personal sanitario del CERN me ha visto el pie, y tras un exhaustivo y minucioso examen que ha consistido en darme golpecitos con una mano a través de su otra mano hasta llegar a la zona donde me hice pupa, hemos llegado a las siguientes conclusiones:
1. No sólo tengo un pie, sino dos. Aquí se ve que la tía ha intentado sorprenderme, pero sólo ha conseguido llevarse un chasco, porque esto ya hace tiempo que lo venía sospechando. ¡Al fin alguien te para los pies, ja! (Nótese el uso de la expresión acorde con el tema. Es porque acabo de tomar un café).
2. No parece que tenga un esguince, o un esguince fuerte por lo menos. Esto lo hemos sabido porque en vez de decir "uaaaaaaaaaaaaaaaaaa", que es mi onomatopeya de un grito de dolor, me he limitado a poner cara de indiferencia el tiempo que ha durado el examen.
3. Soy un joven atractivo y encima no me huelen los pies. Esto también lo sospechaba, lo de ser atractivo quiero decir, que no me huelan los pies ha sido toda una sorpresa.
Recomendaciones: una o ninguna, según se mire. Ella me miraba ladeando la cabeza y torciendo un poco la boca a la vez que me decía que igual era mejor que no fuera este fin de semana a hacer snowboard, o igual sí, si veía que tampoco me dolía mucho. Esto debe ser aquello a lo que llaman "mojarse". Lo importante es que me ha dicho que hoy puedo bailar el moonwalker en el homenaje a Maicol (Jackson), al que aún no he decidido si ir con mi peluca afro o vestido de Maccalaicalquin. Calcetines blancos son un deber, eso sí.
¡Buen fin de semana!
jueves, 29 de enero de 2009
soY uN mAChoTe
Estando ya en casa y una vez que los músculos implicados en el accidente se quedaran fríos, empecé a experimentar un dolor catalogado como "hoy va a ser que no hago el paso del moonwalker de Michael Jackson", que después de un automasaje anatómicamente ignorante a base de crema contra el dolor muscular y un sueñecito reparador, pasó a situarse entre las categorías "cosquillas que no provocan risa" y "moderadamente-mosqueante" en mi escala de dolor particular, en la que el premio gordo se lo lleva "cierre de tapa de piano en las partes" y "maratón de anécdotas de folclóricas con Jose Manuel Paradas".
Secuelas haberlas haylas, y consisten en un bultillo tamaño uva, o uva más bien gorda, justo encima de la susodicha articulación. Sin embargo no he ido a que me lo miren, y ¿por qué? Pues está claro, porque soy un machote.
¿Cuántas veces hemos podido pronunciar esa frase? Vale, quizás no tantas, pero ahora no me vengais con gilipolleces porque seguro que más de uno lo ha soltado en más de una ocasión. Hasta se le hicha a uno el pecho con orgullo cuando lo suelta. ¿Por qué? Pues porque uno se reconoce a sí mismo como machote, cúspide del orgullo de ser hombre. Ele.
Pero ¡OJO! amigos del género masculino, porque ser un machote y segregar altas cantidades de testosterona pueden llevar consigo el desarrollo casi inmediato de una, más bien no cualidad, pero sí característica de la personalidad y el comportamiento. Sí amigos, hablo de la gilipollez. Y no me refiero a la gilipollez tipo:
- "jaaaaaaaaaaaa juas juas juas, yo es que me mondo con tus gilipolleces".
No no, amigos, me refiero a ser gilipollas. Y con convicción, que mira que es difícil. Veamos un par de ejemplos espero que esclarecedores:
SITUACIÓN 1.
Machote. "¿Que no salto yo la zanja esa? Pero si soy un machote, hombre, vas a ver." Y lo que vas a ver casi con toda seguridad y en el mejor de los casos es al machote dejándose algún piño y con fracturas múltiples en el intento de saltar algo que por sus dimensiones no se puede saltar, porque ser machote nubla el sentido de la percepción, la profundidad de campo y de la zanja también, además del sentido común.
SITUACIÓN 2.
Machote. "¿Que no me bebo yo 54 chupitos de tequila? Pero si soy un machote, vas a ver." Aquí se pueden dar dos situaciones, que se los beba o que se quede en el intento; pero es un hecho totalmente irrelevante, porque casi con toda seguridad el machote se despertará al cabo de horas sentado en un WC con los pantalones por los tobillos preguntándose qué ha pasado y sobre todo si sigue siendo machote.
Así que como soy consciente de que cuando un hombre dice “…porque soy un machote” para justificar una acción generalmente es que es gilipollas, me acercaré después al hospitalillo.
qUE fUerrRte que fuErRrrTE
A esto le llamo yo prensa de calidad, by the way.
El mundo está loco, oiga.
miércoles, 28 de enero de 2009
¡cOntRarReLOJ!
iNsTituCiONALizAdo
Es posible que sea la palabra más larga que he escrito en mucho tiempo, pero describe a la perfección a mi nuevo compañero de la cuarta oficina que voy a ocupar desde que llegué hace casi dos años aquí.
Es curioso que cuando digo que ahora tengo de compi de oficina a un holandés la reacción es unánime: "uuuu... qué bien, no?". Pues a ver, la mayoría que he conocido yo sí que son majetes, e incluso esos que no conoces y que paras por la calle estando por sus tierras son de lo más atento, cierto es, pero parece que la gente se forma imágenes erróneas en la cabeza de jornadas laborales marcadas por cafeses, cigarros adulterados escuchando a los Wailers, y frases con voz gangosa como: "moooola tío".
Pues no. Se trata de un holandés que lleva trabajando aquí veintipico años, casi nada, que era jefe y ahora no lo es (mal rollo) y haciendo honor a su pueblo no es mala gente, pero tiene algunas cosas que no me gustan, como:
- que no es gracioso cuando lo intenta; pero bueno, como no se le pueden pedir peras al olmo igual tampoco se le puede pedir sentido del humor a un holandés, a saber... Por lo menos no es de estos graciosos que se hacen gracia soltanto gracias (me repito, qué pasa) y elevan tu estado de ira hasta límites que ni uno mismo conoce cuando después del chiste, la carcajada y tu cara seria preguntan: "¿no lo pillas, tío?";
- abre mucho los ojos y se le dibuja una sonrisa malévola cuando habla. Esto más que no gustarme me produce inquietud;
- cuando habla en holandés suena como holandés, es decir, algo parecido al alemán pero mucho más feo que se podría transcribir tal que así: "joj jij jeeeeejj uuuu shhjjjshhee uk viijj jaaa", tratándose esto último de una carcajada, lo que deja en evidencia al idioma al no poder diferenciarse una onomatopeya de una palabra escrita, y posiblemente hablada también.
... y como iba diciendo, está institucionalizado (joder lo que cuesta escribir esto, haced la prueba). Y es que no se puede hacer nada que se salga de lo que está escrito en el manual como ilustran estas conversaciones:
Contexto: haciendo mudanza de oficina, que no solo me ha tocado a mí; la sección donde trabajo es un pequeño caos ahora mismo.
O. ¿Quién ha puesto este armario aquí?
Yo. Pues R y yo, lo hemos sacado de la oficina entre los dos porque era pesado y todavía somos jóvenes para tener males en la zona de los riñones y como no había sitio en ...
O. Es que no obedece a las normativas de seguridad, está bloqueando visiblemente esta puerta. Si esto lo ve T.C. (ni pajolera idea), a saber cómo reaccionará.
Yo. Ahá. Bueno, pues ya lo moveremos mañana.
O. (cara de "¿¿¿¿¿Pero es que no eres consciente de la gravedad de la situación????? ¿¿¿¿¿Es que quieres acabar con todos nosotros????? ¡¡¡Esto es Chinatooooowwwwnnnnn!!!)
(Comentario: dramatización quizás algo exagerada por mi parte, pero sólo quizás).
(Otro comentario: por esa puerta pasaba perfectamente Montserrat Caballé a lomos de un elefante con dos armarios como ese en sendas alforjas)
Contexto: currando en la oficina. Acabo de concretar una cita más o menos importante con un tío al que llevaba persiguiendo un par de semanas y que tiene una disponibilidad igual a la capacidad de Ana Obregón para recitar la tabla de multiplicar del uno: más bien nula. Contento con mi éxito, se lo comunico:
Yo. O, mañana S viene para hacer la instalación de la que te hablé.
O. ¿A qué hora? Yo. A las tres. O. Pero qué dices chaval, mañana es la reunión del departamento, es EL EVENTO del año! (sonrisa malévola más estirada de lo normal)
Yo. (Para mis adentros: ¿y qué fue de la gala de Eurovisión?). Mmm... bueno, yo considero que para mí es más importante quedar con este hombre... después de todo no creo que se note mi ausencia en una reunión de un departamento donde trabajan cientos de personas (como decidí resolver por la vía diplomática, no terminé mencionando que me paso un poco por los güebs las reuniones de politiqueo del centro)
O. (Sibilinamente) Bueno, tú no trabajas para mí, pero a mí no me parece muy buena idea que no vayas...
Por supuesto, este último comentario obtuvo exactamente el efecto contrario del esperado e hizo que tomara la decisión inamovible de no ir.
Gente, los peligros de la sociedad moderna están ahí esperándonos, latentes, y con un rango que va desde comerse un yogur caducado o pisarse los cordones de las zapatillas (¡¡ese invento infernal!!) hasta acabar siendo un poco esclavo de tus propias pajas mentales.
Así que ya sabeis, no os dejeis institucionalizar, y que no se os ocurra perderos la gala de Eurovisión.
mi No CoMpRendEr
lunes, 19 de enero de 2009
LunDiNGo
miércoles, 14 de enero de 2009
nO esTaMOs SOLos, sAbEmOS Lo qUe QueReMOS
Y sabemos lo que queremos: pollo con arroz, judías verdes y salsa de champiñones.
PD. Que no se entere que técnicamente ahora soy mijeño.
Más mCfeRriN
Bonne journée!
PS. Atención a la cara del tío que sale por el minuto 1:50 a la izquierda de la pantalla.
PS2. A los que preguntan, sí, confirmo que me da tiempo a trabajar también.
martes, 13 de enero de 2009
sEntiDO coMúN
Nunca te calces un par de Converse All Star cuando nieva y la temperatura mínima roza los -6 grados. Tus pies te lo agradecerán.
aLwaYS muSiC!
De hecho no tenía nada claro qué tipo de música iba a tocar, porque por un lado tenía la influencia por parte de madre de un disco de Ray Charles con el que crecí y con el que mi madre, sin mucho éxito, intentó enseñarme a bailar rock&roll; y la música clásica, no muy tolerable por aquel entonces, más por rebeldía que por opinión propia (hablo de la rebeldía que se puede tener cuando uno tiene cinco años), y de la que solamente sabía dos cosas:
- que me gustaba escuchar a mi madre canturrear por casa arias de óperas, sonatas, sinfonías y demás, lo cual es un punto positivo;
- y que estaba hecha por gente que, a pesar de llevar muerta siglos, seguía grabando discos, lo que era un punto más que positivo
Veintipico años después (oh my god), no sólo le tengo que dar las gracias, sino que por lo menos le debo una ola de esas que se hacen en estadios de fútbol enormes con el aforo completo.
Desafortunadamente para mi madre, el gozo de tener un hijo pianista acabó en un pozo ya que, a pesar de que el solfeo se me daba bastante bien y aparte de las orejas también tengo oído, lo cual me permitía tocar partituras y demás, nunca pude ver el piano como algo distinto de una caja de madera con cosas blancas y negras que hay que pulsar para que aquello emita algún tipo de sonido, lo que jamás me permitió improvisar nada, que en realidad es lo bonito de todo esto.
En esto de la música, como en casi todo, yo creo que es cuestión de encontrar el instrumento para el que estás hecho. Así por ejemplo, la primera vez que me subí a una batería, sí que pude tocar alguna cosa sin tener previa idea, lo que en mi opinión, constituye una buena señal.
De todas formas, el instrumento que más me ha maravillado siempre es la voz, y por consiguiente las personas que, valiéndose solamente de sí mismas, son capaces de hacer cosas como estas:
Ella Fitzgerald:
Bobby McFerrin, que es un animalito con una voz con el rango de un piano:
Y lo que ayuda esto cuando uno tiene que currar. Si se consigue escuchar sin mirar, claro.
lunes, 12 de enero de 2009
aVoRiAZ
L. ¿Y qué tal?
C. Pues muy bien, no es para tanto esto del snow, pensaba que iba a estar más dolorido.
Conversación con mi compañera de piso esta mañana:
C. Linda, ¿te acuerdas de lo que te dije ayer sobre mi estado después de haber hecho snow?
L. Sí.
C. Todo mentira.
Ayer fue el domingo en el que empecé mis andaduras por la nieve con los pies atados a una tabla y el balance no puede ser más positivo: no me he roto ningún hueso a pesar de la caída a última hora de la tarde que tuve la suerte de amortiguar con el hueso cuqui (coxis o rabadilla también se permite), que cada vez tengo más claro que está en el cuerpo para joder y no para otra cosa y que hizo que me temblara hasta el píloro; tengo las constantes muy vitales y estoy bastante menos dolorido de lo que recuerdo de la vez (nótese el uso del singular) que fui hace 12 años.
Agujetas mil también, y dejando a un lado el deporte, me moría del gusto de ver sol otra vez tras una semana y pico de habitar bajo una monótona y consumidora de energía moral humana capa gris.
Bonne journée.
PD. Prometo arreglar mi cámara pequeña y hacer fotillos la próxima salida. Mientras tanto, tomo prestada ésta:
jueves, 8 de enero de 2009
cASiCA
Y también creo que las únicas de las que guardo muy buenos recuerdos son aquellas en las que era más pequeño y nos reuníamos con la familia de mi madre, que vive repartida allá en la lontananza de las tierras del País Vasco y Navarra (besos desde aquí), simplemente porque éramos más en la mesa y armábamos más follón supongo, y en general quizás cuando la edad a uno le permitía escaquearse de la búsqueda y compra de regalos, todo un arte, y que también se podría hacer en otras fechas aleatorias y porque sí, digo yo, y no porque... porque...
¡Un momento! ¿Alguien sabe de verdad por qué se hacen regalos en Navidad?
En fin, hay cosas que cambian, pero cada Navidad la vuelta a casa es un hecho, y eso me ha hecho reflexionar sobre las cosas que me gustan y que no me gustan de estar allí.
Cosas que me gustan de casa:
- que cuando llego y arrastro la maleta por el suelo empedrado, mi madre me oiga y siempre salga al portal en vez de esperarme en casa sentadita;
- que mi hermana siempre me quiera dar un beso por cualquier cosa, aunque sea un poco pegajosa a veces (amor-odio entre hermanos, ya se sabe);
- el momento de intercambiar regalillos; no es especialmente emotivo, y a mí últimamente me toca poco más que los habituales calcetines, pero desde que hago de Rey Mago principal veo que eso de la ilusión en las caras es un fenómeno muy breve que da paso al desconcierto absoluto (según regalos), y eso mola;
- ocupar en su totalidad el sofá del salón después de comer y quedarme frito mientras veo cualquier cosa en la tele;
- servir un poco más de la cuenta vino a mi madre en las comidas/cenas y ver que se va achispando un poco hasta que a veces es ella misma quien lo confirma;
- chinchar a mi hermana o cantarle canciones de amor como "strangers in the night" si me habla de algún chico. Lo de chinchar es en general, no hace falta que haya chicos de por medio;
- ir a la playa;
- tomarme jarras de cerveza helada en la terraza del Elements, con vistas al mar;
- que mi hermana no acepte beber una gota de alcohol, por mucho que yo insista. Esto no hace más que aumentar mis esfuerzos;
- que mi hermana me diga que tiene sueño tras haber sucumbido ante mi insistencia;
- que cuando me voy mi madre me dice adiós con la mano mirando por la ventana y hasta que arranco el coche y lo pongo en marcha no corre de nuevo la cortina;
- por supuesto, ver también a toda esa gente que no veo todo lo que quisiera, y partirnos el culo con las tonterías de ahora y siempre;
- que mi madre siempre me pregunte qué quiero comer o cenar, lo agradezco pero termina agobiando un poco;
- las manchas en la ropa nunca se van en mi casa, no sé por qué;
- la ropa nunca se acaba de secar en mi casa, tampoco sé por qué;
- la calefacción chiquitilla que está con nosotros desde hace ni se sabe y que mi madre siempre mantiene encendida cuando hace frío y orientada hacia la pared. Esto me puede;
- la cafetera y por consiguiente el café;
- mi cama, acostumbrado a una 2x2 ahora se me hace un poco pequeña;
- a los polvorones, peladillas y mazapanes añado el turrón. Me gusta, pero cada vez menos, y en muy pocas dosis. Esto entra directamente en conflicto con las ganas que tiene mi madre de que todas las cajas de turrón y otros dulces típicos navideños desaparezcan por fin;
- que mi madre me haga, además del punto anterior, responsable de que todas las existencias de pan se agoten cada día.
PD. Algunas foticos del lugar de propina:
Flora y fauna.
Estructura cónica navideña.
Palmerita.
Peseta de 5 metros de diámetro (parte del monumento a la peseta, obviamente).
Playita.
Puestecita.
Zapatitos.
Mr. Ánsar
Paradójicamente, no fue el día en que este sujeto fue elegido (por todos nosotros, cabe recordar, aunque algunos no tuviéramos todavía edad para votar) por primera vez presidente del Gobierno, ni tampoco la segunda, sucesos sin duda que pueden llevar a cualquiera a padecer delirios de grandeza; fue un día, normal, de esos que salen negros en el calendario, cuando al señor José María Aznar López se le fue la olla.
No contento con dirigir el país durante 8 años en los que, según datos macroeconómicos (y según qué datos también) experimentó cierto crecimiento a costa de basar la economía en el fatuo objeto que es el ladrillo, ahora mata su tiempo en actividades como hacer abdominales, escribir libros, dirigir su laboratorio de ideas particular, más conocido como FAES, dar conferencias y decir a los cuatro vientos gilipolleces del tamaño del cañón del Colorado.
No constantemente, pero sí de vez en cuando, uno oye hablar a este tipo o lee algunas declaraciones que, tanto por su contenido como por sus formas, no pueden pasar desapercibidas. Como la de hoy, sin ir más lejos, en El País. Arrogancia, petulancia, mentira y vanidad forman parte del discurso habitual del señor Aznar. Lo que me lleva a pensar en explicaciones para este relativamente reciente comportamiento:
- que cuando estuvo al frente del Gobierno adoptó posturas bastante más moderadas que las actuales,
- que se ha vuelto loco, en el sentido clínico de la palabra. Es decir, que si uno lleva a este hombre a un psiquiatra, probablemente éste sea capaz de distinguir alguna patología reconocible, de esas que están en el manual y que presumiblemente requieran medicación.
Aquí unas bonitas transcripciones que mucha gente habrá podido leer,
Me encanta la cara del tío que sale al lado:
Best of:
Metiéndose donde no le llaman:
Y que conste que no lo hago por desacreditar. Eso ya lo hace él solito.
PD. Feliz año a tod@s!