lunes, 12 de mayo de 2008

... y siGuEN haciENdO de LaS suYAs


Navegando y navegando (browsing and browsing) por la red, he ido a parar a una de las páginas que de hecho están entre los enlaces del blog: www.quejasonline.com. Y la verdad es que ahora mismo no sé cómo he acabado allí, pero al entrar y ver quejas dirigidas a la empresa Airis Computers, me he acordado de por qué hace tiempo publiqué una queja ahí mismo que consistía en una carta que estuve enviando a esta gente dos veces por día.

Después estar haciendo esto durante una semana aproximadamente, una persona del servicio técnico se puso en contacto conmigo e intentó que me calmara y persuadirme de que no siguiera insistiendo en el tema. A partir de ahí, comenzó lo que entonces me pareció una especie de videojuego de plataformas en el que había utilizado una carta como moneda de cinco duros y en el que yo, en el papel de starring, me iba enfrentando a monstruos de distintos niveles utilizando como armas la dialéctica y la mala leche.

Nivel 1: servicio técnico. Tras matar a alguno de los sicarios del mismo que intentaron desviar mi atención con discusiones técnicas me enfrenté al temible responsable del departamento. Me bastó un mail con un poco más de mala hostia de lo que venía siendo habitual para quitármelo de encima. Pasamos al siguiente nivel y con todas las vidas.

Nivel 2: departamento de atención al cliente. Pantalla extraña, porque por lo que vino después (salto al siguiente nivel), peleé directamente con el monstruo final. Las armas fueron la persuasión por su parte y la insistencia por la mía, todas ellas encapsuladas en formato e-mail.
Muchos tiras y aflojas. Resultado: pasamos al siguiente nivel. Nivel de paciencia por los suelos.

Nivel 3: departamento comercial. Más sicarios, y cada vez con más labia según ascendía por la jerarquía de la entidad. Una vida menos por el camino y el nivel de paciencia permanentemente bajo. El monstruo final adoptó forma de secretaria de dirección (o algo parecido), y tengo que confesar que pudo conmigo; por agotamiento más que por otra cosa.

No es que me faltaran vidas o más monedas de cinco duros para seguir la partida, pero acabaron con mi paciencia haciéndome entender que iban a pasarse la pelota de un sitio a otro sin ir a ninguna parte en concreto. Es como si el videojuego tuviera un bucle infinito en el código que fuera puesto ahí por alguien de la calaña de Bill Gates o Eduardo Zaplana.

En fin, os dejo también la carta para que la leais si tenéis ganas. Por lo menos me lo pasé bien escribiéndola.

Las conclusiones a las que llegué después de pasar por esta experiencia:

- está claro que no volveré a comprar nada de esta marca. Y con esto no digo que nadie lo haga, porque esta fue mi experiencia personal y es posible que no se repita, aunque tengo serias dudas.

- plantear una queja a una empresa o entidad puede ser una tarea agotadora. Pero a eso juegan y con esa ventaja cuentan. A veces me arrepiento de no haber seguido con la partida hasta el final, simplemente porque sé que yo tenía razón y ellos no, y también porque ellos sabían que no la tenían.

- publicar estas cosas y hacérselas llegar al mayor número de gente posible sirve de algo: no sólo más personas pueden enterarse de lo que a uno le ha ocurrido, sino que también existen consumidores en tu misma situación que al leer una carta como esta deciden empezar a hacer algo. Hubo mucha gente que me contestó, que estaba de acuerdo conmigo, y que quiso plantear una demanda conjunta a estos tipejos. Esto, sin embargo, resultó un poco difícil de coordinar, así que al final tampoco salió adelante.

Bueno, espero que no tengais nunca una experiencia parecida, y si la tenéis, espero que os pille con los bolsillos llenos de monedas de cinco duros, o su equivalente en euros para las partidas en las maquinitas.

Muas a todas y todos.

PD. La foto me ha salido del alma.

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