miércoles, 11 de junio de 2008

tReS aÑos eScuChanDO eL DisCO quE no ERa


En Junio de 2005, la banda neoyorquina Dream Theater sacó al mercado el que fue su octavo disco de estudio (o noveno, según se cuente otro o no; pero esa es otra historia...) bajo el título "Octavarium". Poco tiempo después, haciendo alarde de mi fidelidad al grupo pero más a mi maltrecha economía, decidí que mejor que comprar un CD caro me bajaría el disco de internet, que para eso está.

Siempre entra una especie de hormigueo cuando un grupo que te gusta, un director o un actor de cine al que admiras, o un escritor de quien devoras libros saca al mercado un nuevo trabajo. Aquella tarde, cuando el eMule me hizo saber que la descarga estaba completa, cierto nerviosismo combinado con curiosidad se apoderaron de mí. Sin embargo, cuando empecé la escucha me quedé en un estado de estupefacción total: pese a poder reconocer al cantante como la misma persona que aporta su voz a la citada banda, tenía la sensación de que el resto, tanto la música como la producción (y es que el disco suena raro, pero raro raro) eran una especie de modificación chunga de todo aquello que esta gente tiene costumbre de parir en un estudio.
En fin, aun así acepté el pufo tal y como vino, e incluso, durante tres años, he hecho el esfuerzo de volver a escuchar el disco alguna vez para intentar que me gustara, más que nada porque hay veces en las que las segundas y terceras oportunidades están bien.

No sé cómo pero ayer, enlace tras enlace, acabé en youtube viendo un vídeo en el que se podía ver al grupo tocando la primera canción de este disco, y cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que esta primera pista no se parecía lo más mínimo a la que he escuchado alguna que otra vez. Y ahí no acabó la cosa amigos, ya que cuando decidí seguir investigando otras pistas, descubrí que no había ni el más mínimo parecido con aquellas que yo recordaba... Pensé que se habían equivocado a la hora de poner el título a los vídeos, pero una abrumadora masa de youtubianos me hizo cambiar rápidamente de opinión, hasta que me convencí de que el disco que me bajé hace tres años no era el que yo pensaba!

¿Qué hace uno ante una situación como esta? Probablemente uno se pone la mano bajo la barbilla en actitud pensativa, se rasca al lado de la nariz a la vez que entrecierra un poco los ojillos con pose de desconfianza... pero en definitiva absolutamente nada. Como acciones un poco más prácticas, como mucho uno puede lanzar cierto tipo de pensamientos en dirección a la familia del tipo que, con un ratón en una mano y con ganas de joder en la otra, comprimió esos emepetreses aún más y los colgó en la red bajo una ingenua y auténtica apariencia .rar.
Aparte de eso, por supuesto uno ha de bajarse el disco auténtico y escucharlo, aunque ya posiblemente sin el mismo entusiasmo que hace tres años; quizá averiguar qué es lo que uno ha estado escuchando durante este período y por qué no, empezar a reflexionar sobre los peligros de la red, que como queda demostrado, no son pocos.

Muas a granel.

PD. Ya sabéis, si por lo que sea (no se me ocurre nada ahora mismo) os bajáis una peli de Alfredo Landa pero en la primera escena veis a Al Pacino, es que os han timado. Si por el contrario veis a Antonio Ozores, la cosa no está tan clara.
PD2. Pues no va ahora y resulta que el disco de verdad también es un pufo... c'est la vie.

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