Bienvenidos al maravilloso mundo de los microsueños, amigos. Nunca antes había estado en este reino, y la verdad es que jamás habría dicho que se llega a ese curioso país con una reunión en francés de dos horas como vehículo, pero todo es ponerse, oiga.
Y para salir no cojais el mismo medio de locomoción que en la ida: basta con un golpe de tu jefe sobre la mesa.
PD. Que alguien bendiga a la cafeína.
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